Cuando paso por este lugar la nostalgia me aflora al ver el Peñón de los Enamorados. Será leyenda, será realidad. Qué importa, si con su historia ha conseguido mantener la atención de tanta gente.
Algunas veces, me gustaría detener el tiempo. Las sensaciones que se siente en ciertos lugares son difíciles de repetir. Siempre que fui a este lugar encontré cosas maravillosas, que gracias a la fotografía se eternizarán en el tiempo, sin caer en el olvido.
Desde hacia un montón de tiempo, no visitaba los alrededores de Iznajar, bonito y agradable pueblo de la subbética cordobesa. Paré entre los olivos y contemplé el bello atardecer, que me trasladó a tiempos pasados, cuando una vez, de niño estuve de San Marcos.